Conocer a los alumnos y alumnas. Los profesores deben tomar el tiempo que sea necesario para conocer al alumnado considerando a cada persona como un individuo con sus particularidades. Los juegos, las preguntas y la observación son básicas para alcanzar ese conocimiento.
Uso de métodos más activos. Otra clave consiste en el uso de actividades que fomenten un pensamiento crítico, de forma que los alumnos y alumnas se planteen problemas y soluciones, es decir, se hagan preguntas sobre el mundo que les rodea. En definitiva, se trata de poner el foco en que todos los estudiantes intervengan.
Evaluaciones diferentes. Si el aprendizaje es diferente, la forma de evaluar también debe serlo, de manera que se consideren las particularidades de cada niño y niña.
Propuestas de los niños y niñas. La educación inclusiva debe apostar por dar la iniciativa de las actividades que se realicen en el aula a los niños y niñas, de forma que sean ellos los que dirijan su propio aprendizaje.
Metas medibles y que supongan un reto. Los profesores deberán plantear objetivos se sean complicados de alcanzar, que supongan un reto para los alumnos, pero que no sean imposibles.
Aplicación de la Teoría de las Inteligencias Múltiples. Howard Gardner sostiene que no existe un único tipo de inteligencia, sino que existen varios y en el aula es necesario valorar cada una de esas inteligencias para potenciarla.
En Educo tenemos el objetivo de que todos los niños y niñas acudan a la escuela y puedan terminar, como mínimo, la educación primaria, pero además, queremos que esa educación sea de calidad e inclusiva. En definitiva, queremos dar a todos los alumnos y alumnas la posibilidad de tener un futuro mejor, que puedan salir de la pobreza y disfrutar de una vida plena y feliz.
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