La educación inclusiva supone un modelo de educación que pretende atender a las necesidades de todos los niños y niñas, jóvenes y adultos considerando especialmente aquellos casos en los que puede existir un riesgo de exclusión social. No se trata solo de prestar atención a personas con discapacidad sino a todo el alumnado sin distinguir por la raza, la condición social, la cultura o la religión, entre otros aspectos. Algunas de las diferencias entre el enfoque tradicional en la educación y la educación inclusiva, son las siguientes: En el enfoque tradicional se diagnostica a cada alumno y alumna para determinar una categoría y solucionar el déficit que existe, sin embargo en la educación inclusiva simplemente se analizan las características de cada estudiante para determinar los apoyos que serán necesarios. El enfoque tradicional se centra en el estudiante, mientras que el inclusivo lo hace en la clase. En definitiva, en la educación inclusiva no se utilizan programas especiales para
Como consecuencia de lo que hemos visto en el apartado anterior, la educación inclusiva tiene unos objetivos claros que son los siguientes: La Inclusión social y académica del alumnado puesto que se trata de incluir a los alumnos no de marginarlos de la educación. El sistema educativo único, es decir, no deben existir programas especiales para los alumnos o alumnas que tienen determinadas necesidades. La atención a todos los alumnos y alumnas en función de sus características. El impulso de la igualdad de oportunidades en base a la solidaridad y al fomento de la participación. La coordinación de todas las personas que participan en la educación: padres, profesores, medios de comunicación etc. La promoción de la inclusión en todos los ámbitos sociales y laborales.